Escrito por María López García| LinkedIn: @marialopezgarcia1993 "Como una de las personas más inteligentes y bondadosas que conocerás, Axel Cooley no solo ha ayudado a aportar su granito de arena en misiones o actividades que luchan contra la corrupción y el tráfico de vidas humanas, sino que estamos hablando de una profesional de la comunicación que garantiza información y calidad en sus proyectos. Cuando la conozcas, te darás cuenta de que no existen fronteras, ni un idioma, así como tampoco clase social. Hay veces que, para ver el interior de las personas, basta con mirar a los ojos. Con tan solo una mirada, intercambio de palabras, o leve gesto, sabrás que estás hablando con una chica humilde, con ambición y que siempre intenta ofrecer cosas positivas. Algo que, hoy en día, brilla por su ausencia. Esa escasez de cariño, humildad y honestidad es lo que más encontrarás en Axel, quién no solo ofrecerá todo lo que tiene en su mano para ayudarte a conseguir tus objetivos, sino que además descubrirás una amiga leal con la que contar en los buenos, y malos momentos. No son pocas las palabras que describen a Axel. Podríamos estar horas dedicándole elogios y palabras bonitas, como un sentimiento y sensación de agradecimiento de parte todas esas personas a las que ha echado una mano durante más de 20 años de carrera. Porque Axel, señores y señoras, no es una más. Allí por donde va, deja huella. Seguramente estés leyendo estas frases y te hayas sentido identificado con más de un recuerdo imborrable en la mente, y el corazón. Normal, porque al coincidir con un ser humano que reúne unas cualidades humanas ideales, hace que nos demos cuenta de que los estándares de la sociedad actual no son los correctos. En un mundo donde reina una extraña anarquía social respecto a la moral y ética, en el cuál las personas se mueven por intereses, en el que el amor y la empatía empiezan a desaparecer, encontrarte con la señorita Cooley es lo más parecido a que te toque la lotería.
Y no exageramos cuando le dedicamos estos afables términos, ya que después de muchos años de lucha y de acciones cálidas hacia las personas que le rodean, le llega el turno de ser reconocida. Ahora nos toca a nosotros ser agradecidos. Dar las gracias y mirar hacia un futuro donde, si hubiesen más personas como Axel, no existiría el odio ni la envidia".
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